jueves, 21 de abril de 2016

LA GRAN CAÍDA DE LOS “ADIVINOS” EN VENEZUELA




Recientemente el papa Francisco hizo alusión a las personas que pretendiendo seguir a Jesús consultan o siguen las “predicciones” de adivinos o brujos, dejando muy claro que quien sigue a estas cosas no sigue a Jesús.

Venezuela, mi país natal, ha sido la gran pared donde se han estrellado decenas de estos adivinos. Los infalibles, los profesionales, los improvisados, todos andan, año tras año, anunciando fechas, escenarios, figuras, alzamientos, golpes, y al final cada día, y lo afirmo porque lo vivo, la situación sigue igual y en franco deterioro.

La realidad es que si miramos la manera de obrar de los “adivinos criollos o importados” la mayoría (por no decir todos y dejarme un margen de error) se concentran en lo mediático. Canalizan lo que los medios transmiten y el sentir de las personas; y al hablar de figuras de reemplazo presidencial aparecen las vistosas, las que todos conocemos (ejemplo: Capriles, Leopoldo López, etc).

En lo particular, como cristiano, no creo en nada escrito ni en predestinaciones. Creo en las misiones, en las personas que Dios da para cada tiempo y libremente asumen sus roles. Creo que todo el que llega al poder llega porque Dios así lo permite y los procesos de corrupción y malas gestiones ocurren por lo débil y corrompido que son nuestros corazones.

El profeta Samuel cuando Dios le dispuso ir a la casa de Jesé para que de ahí saliera el relevo del corrompido rey Saúl, fue con las estrategias y conceptos de los “adivinos” contemporáneos. Samuel veía a los más robustos, a los que tenían apariencia de guerreros y pensaba que debía ser alguno de esos. La virtud de Samuel es que, en obediencia a Dios lo pensaba pero no lo decía y se iba sorprendiendo como Dios no se decantaba con candidatos que tenían, a criterio de Samuel, todas las condiciones. ¿Qué ocurre entonces? Que descartados todos quedaba uno que no aparecía entre los candidatos, ni siquiera estaba ahí, estaba pastando con las ovejas. El más joven, flaco, de porte inclusive nada varonil (bajo el criterio de una figura de guerrero) y es a este al que Dios escoge. Samuel sin reclamar ni cuestionar lo unge y de él salió el mejor rey que ha conocido Israel y cuidado si no el mejor referente de gobernante que ha conocido la humanidad. La explicación de Dios a Samuel: “Tú ves las apariencias pero yo conozco los corazones

Venezuela la veo en esta línea y no lo digo como adivino ni como profeta. Lo digo por la enseñanza que me deja esta historia de Samuel y David. Como señala Dios en el libro del profetas Isaías: “tus pensamientos no son mis pensamientos ni tus caminos mis caminos”. Jamás dudemos que Dios tiene un plan para Venezuela, y su plan es bueno como su voluntad. Un plan que pasa por la misma cruz que pasó Cristo y del cual debe salir una nación fortalecida. En una opinión muy personal, Dios nos sorprenderá con un liderazgo fresco, alejado de la burocracia y los paradigmas políticos que tanto daño le han hecho no solo a mi país sino al mundo entero. Venezuela tiene la tradición de fe para ser modelo de superación. Venezuela sufre y quizás su sufrimiento aún le quede tiempo de dolores, pero pasado este viernes santo vendrá el domingo de resurrección.

Venezuela es una prueba de fe para los que decimos seguir a Jesús. ¿Seguiremos poniendo nuestra confianza en adivinos y brujos o en la providencia?, recordemos aquella enseñanza de Jesús: “Donde esté tu tesoro estará tu corazón

Venezuela es y siempre será de Dios. No nos quedemos del lado de la vergüenza de los que dudaron o confiaron en los enemigos de la verdad. Dios los bendiga, nos vemos en la oración.

Lic. Luis Tarrazzi