Disculpen por no incluir en mi
título la palabra hermanos, pero el
vínculo que nos hace hermanos es la fe en un único y verdadero Dios. La
hermandad existe en los creyentes y los no creyentes (estos últimos por
distracción o ignorancia), pero el satanismo alberga un origen que rompe su
vínculo filial con el amado creador. El satánico no es una persona que no crea
en Dios, el satánico odia a Dios, se declara su enemigo, y ese es, sin duda, la
encarnación viva del infierno.
¿Pero por qué odiar a Dios?
Satanás, a quien ustedes adoran, le odia porque tuvo la dicha de conocer a
Dios, dicha que creo ustedes se han negado. Porque conocer a Dios no es la
experiencia con una pastoral, con un mal padre, o con un mal sacerdote, conocer
a Dios es buscarle, como San Agustín, dentro de nosotros mismos y no fuera de
nosotros mismos. Satanás odia a Dios porque al conocerle quiso ser como él. Su
soberbia, ante SU CREADOR, lo hizo enceguecerse por su egocentrismo y auto veneración.
¡Qué irónico que Jesús, siendo
Dios, reconocido por los mismos demonios en su época, al hacerse una más de nosotros, como tú
y como yo, siempre se mostró en obediencia y lealtad a su creador, su padre!
Si, de corazón, Satanás tuviera
alguna oportunidad de vencer a Dios, la más mínima, yo les diría que su
esperanza tendría algo de cabida. Pero Satanás es un derrotado y él lo que
quiere, para quienes le siguen y le adoran, es compartir su miseria y
sufrimiento.
Ser satanista debe tener un
origen de sufrimiento. Es sin duda, una afrenta al bien porque quizás por malas
experiencias ustedes ya no creen en el bien. Quizás ustedes les tocó vivir una
página del libro amarga, pero no es la única página. Lo primero que asesina el
demonio es la esperanza, la fe.
Sor Faustina, visionaria del
Jesús de la divina misericordia, tuvo una amarga visión del infierno, llevada
por un ángel de Dios. Yo pienso que los Satanistas en el fondo deben no creer
en la eternidad, porque si creyeran en la eternidad, no creo les gustaría
vivirla con un opresor y ser tan maligno como Satanás.
Ustedes se pueden haber convencido
que son malos y despiadados. Que, además, ya ustedes hicieron un pacto
irreversible con Satanás y están, por voluntad o por mala decisión, condenados.
Pero no, ustedes no están condenados, su tiempo aún no se agota. No hay pecado
que Dios no pueda perdonar y con una simple súplica de perdón a Dios y deseo de
acercarse a él, sentirán DE INMEDIATO la gracia de su perdón. No compartan es
destino estúpido que Satanás y sus demonios comparten. Quiero que seamos
hermanos de verdad, quiero que compartamos la dicha de la santidad. La
Santísima Trinidad los bendiga, espero nos veamos en la oración.
Lic. Luis Tarrazzi
07-02-2015
No hay comentarios.:
Publicar un comentario